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el abogado

El Abogado y la piscina… (fábula)

Había una vez, un Abogado que con mucho esfuerzo se compró una fabulosa casa con piscina…

Contento con haber realizado un sueño vital, decidió darse un baño en su nueva piscina y cuál fue su sorpresa al descubrir que el fondo de la misma estaba repleto de monedas brillantes, ¡parecían de oro!

Le contaron que el anterior propietario de la casa, era un afamado submarinista y había escondido, antes de morir, en la piscina un antiguo tesoro pirata.

Pero para protegerlo hizo que la profundidad de la piscina fuese superior a cualquier otra, inalcanzable para alguien sin experiencia, era una forma de proteger su tesoro.

El Abogado con sus propios medios: gafas y tubo baratos, intentaba coger alguna moneda, se sumergía cada día con mucho afán y apenas alcanzaba rozar las monedas con los dedos. Un día fruto de la casualidad, se alinearon los astros, y por fin logro coger una moneda, entonces comprobó que efectivamente eran antiguas monedas de oro, estaba orgulloso de su hazaña y vio el gran valor que tenían.

Las llevo al «cash-converters» y le dijeron que tenían un valor incalculable.

Entonces llamo a una empresa de submarinistas profesionales y estos le dieron un presupuesto por sacar las monedas, serian en grupos de 5 o 10 monedas semanales y con el valor de las propias monedas podría costear los trabajos de submarinismo y obtener grandes beneficios.

El Abogado se volvió desconfiado (¿se quedaran mis monedas?) no quiso compartir los beneficios con nadie, por eso siguió intentando coger las monedas con sus propios medios, pero nunca consiguió otra…hasta que un día fue a la piscina y las monedas…ya no estaban.

Siempre pensó que su vecino, también Abogado, había contratado a los (especialistas en marketing) digo, submarinistas.

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